Trata de disfrutar tu estancia, si puedes. Aquí no encontrarás pacíficas y cálidas imágenes, ni tampoco horrores lovecraftianos inenarrables. En su lugar, encontrarás vacío, un ruido blanco tan molesto que querrás marcharte tan pronto como puedas. Pero con un poco de suerte, mis queridas ginoides te harán difícil encontrar las fuerzas para salir... o para olvidarlas si es que consigues escapar.